El dolor: usted puede obtener ayuda
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Es probable que usted haya sentido dolor en alguna ocasión. Tal vez haya tenido un dolor de cabeza o un morete, o sea, un dolor que no dura mucho tiempo. Pero muchas personas mayores tienen dolor continuo debido a problemas de salud, como artritis, diabetes, culebrilla o cáncer.
El dolor puede ser la manera en que el cuerpo avisa que algo no está bien. Por eso es que siempre debe decirle al médico dónde le duele y exactamente cómo se siente ese dolor.
Dolor agudo y dolor crónico
Hay dos tipos de dolor. El dolor agudo comienza súbitamente, dura por poco tiempo y desaparece a medida que el cuerpo sana. Usted puede sentir dolor agudo después de una cirugía o si tiene un hueso quebrado, un diente infectado o una piedra en el riñón.
El dolor que dura por 3 meses o más se llama dolor crónico. Este dolor a menudo afecta a las personas mayores. En algunas personas, el dolor crónico es causado por un problema de salud, como la artritis. Este dolor también puede presentarse después del dolor agudo que resulta por una lesión, cirugía u otro problema de salud que se haya tratado, como la neuralgia postherpética después del herpes zóster (culebrilla).
Vivir con cualquier tipo de dolor puede ser duro. Puede causar muchos otros problemas, tales como:
- Interferir con sus actividades diarias
- Trastornar su sueño y sus hábitos alimenticios
- Hacer difícil que continúe trabajando
- Estar relacionado con la depresión y la ansiedad
- Impedir que pase tiempo con sus amigos y familiares
Describir el dolor
A muchas personas les cuesta describir el dolor. Piense en estas preguntas cuando explica cómo siente su dolor:
- ¿Dónde le duele?
- ¿Cuándo le empezó el dolor? ¿El dolor viene y va?
- ¿Cómo se siente ese dolor? ¿El dolor es punzante, apagado (también llamado "sordo") o ardiente? ¿Usaría alguna otra palabra para describirlo?
- ¿Tiene otros síntomas?
- ¿Cuándo siente el dolor? ¿En la mañana? ¿Al atardecer? ¿Después de comer?
- ¿Hay algo que usted hace que causa que el dolor se alivie o empeore? Por ejemplo, ¿le ayuda usar una almohadilla térmica o un empaque con hielo? ¿Se le alivia el dolor si cambia su posición de estar acostado a estar sentado?
- ¿Qué medicamentos, inclusive medicamentos de venta libre, y terapias sin medicamentos ha probado y cuál fue su efecto?
El médico o enfermera puede pedirle que califique su dolor en una escala de 0 a 10, donde 0 indica que no tiene dolor y 10 indica que siente el peor dolor imaginable. O bien, el médico puede preguntarle si el dolor es leve, moderado o severo. Algunos médicos o enfermeras tienen ilustraciones de caras que muestran diferentes expresiones de dolor y le piden que señale la cara que muestra cómo usted se siente. El médico puede pedirle que lleve un registro de cuándo y qué tipo de dolor siente cada día.
Actitudes sobre el dolor
Cada persona reacciona al dolor de manera diferente. Algunas personas sienten que deben ser valientes y no quejarse cuando tienen dolor. Otras personas no dudan en decir que algo les duele y en pedir ayuda.
Preocuparse por el dolor es algo común. Esta preocupación puede hacer que le dé miedo mantenerse activo y puede apartarle de sus amigos y su familia. Con la ayuda del médico, usted puede encontrar formas de continuar participando en actividades físicas y sociales a pesar de tener dolor.
Algunas personas posponen ir al médico porque piensan que el dolor es parte del envejecimiento y que nada puede ayudar. ¡Eso no es cierto!
Es importante que visite al médico si tiene un dolor nuevo. Encontrar una manera de manejar el dolor es a menudo más fácil si el dolor se confronta temprano.
El tratamiento del dolor
Es importante tratar, o manejar, el dolor crónico. Algunos tratamientos incluyen el uso de medicamentos y otros no. Su plan de tratamiento debe ser diseñado para atender sus necesidades específicas. La mayoría de los planes de tratamiento se enfocan tanto en reducir el dolor como en aumentar las maneras de apoyar las funciones diarias mientras se vive con dolor.
Hable con el médico sobre cuánto tiempo puede tomar antes de que usted se sienta mejor. A menudo, usted debe cumplir con un plan de tratamiento antes de obtener alivio. Es importante mantener el horario del plan y tomar el medicamento en los momentos indicados. A veces eso se llama "tratar por adelantado" el dolor o "mantener el control" sobre el dolor. Asegúrese de decirle al médico si está teniendo efectos secundarios. Es posible que deba probar diferentes tratamientos hasta que encuentre un plan que funcione para usted. A medida que su dolor disminuye, probablemente podrá volverse más activo y verá como su estado de ánimo y su sueño mejoran.
Medicamentos para tratar el dolor
El médico puede recetarle uno o más de los siguientes medicamentos para el dolor. Hable con el médico sobre la seguridad de los medicamentos y las dosis correctas que debe tomar.
- El acetaminofén puede aliviar todos los tipos de dolor, especialmente el dolor de leve a moderado. El acetaminofén se halla en medicamentos que se venden con o sin receta médica. Las personas que toman más de tres bebidas alcohólicas al día o que tienen una enfermedad del hígado no deben tomar acetaminofén.
- Las drogas anti-inflamatorias sin esteroides (NSAIDs, por sus siglas en inglés) incluyen la aspirina, el naproxeno y el ibuprofeno. El uso a largo plazo de algunas de estas drogas puede causar efectos secundarios como hemorragias internas o problemas en los riñones, lo cual las hace peligrosas para muchos adultos mayores. Es posible que usted no pueda tomar ibuprofeno si tiene alta presión arterial.
- Los narcóticos (también llamados opioides) se utilizan para el dolor de moderado a severo y requieren una receta médica. Pueden crear hábito. También pueden ser peligrosos cuando se toman con alcohol o algunas otras drogas. La codeína, la morfina y la oxicodona son ejemplos de narcóticos.
- A veces se usan otros medicamentos para tratar el dolor. Estos medicamentos incluyen antidepresivos, medicamentos anticonvulsivos y medicamentos de administración localizada para aliviar el dolor, como bloqueadores de nervios o parches, y ungüentos y cremas.
A medida que las personas envejecen, corren el riesgo de desarrollar más efectos secundarios por los medicamentos. Es importante tomar la cantidad exacta del medicamento para el dolor que el médico le ha recetado. No mastique ni triture sus píldoras si es que debe tragárselas enteras. Hable con el médico o farmacéutico si está teniendo problemas para tragar sus píldoras.
Mezclar cualquier medicamento para el dolor con alcohol u otras drogas puede ser peligroso. Asegure que el médico está enterado de todos los medicamentos que usted toma, incluyendo medicamentos que se venden sin receta médica y suplementos dietéticos, así como también de la cantidad de alcohol que toma.
No olvide: Si cree que el medicamento no está funcionando, no lo cambie por su cuenta. Hable con el médico o enfermera.
¿Qué otros tratamientos ayudan a aliviar el dolor?
Además de medicamentos, hay una variedad de tratamientos suplementarios y alternativos que pueden proporcionar alivio. Hable con el médico sobre estos tratamientos. Posiblemente sea necesario usar medicamentos y otros tratamientos para que se sienta mejor.
- La acupuntura utiliza agujas tan finas como un cabello para estimular puntos específicos en el cuerpo con el fin de aliviar el dolor.
- La biorretroalimentación (llamada "biofeedback" en inglés) le ayuda a aprender cómo controlar el ritmo cardíaco, la presión sanguínea, la tensión muscular y otras funciones corporales. Eso puede ayudarle a reducir el nivel de dolor y de estrés.
- La terapia cognitivo-conductual es un tipo de consejería a corto plazo que puede ayudarle a reducir su reacción al dolor.
- La distracción puede ayudarle a lidiar con el dolor agudo, entreteniéndole para que no piense en su malestar.
- La estimulación eléctrica de los nervios utiliza impulsos eléctricos para aliviar el dolor.
- La técnica de imágenes guiadas utiliza pensamientos dirigidos para crear imágenes mentales que puedan ayudarle a relajarse, manejar la ansiedad, dormir mejor y tener menos dolor.
- La hipnosis utiliza la atención enfocada para ayudar a manejar el dolor.
- La terapia de masaje puede relajar la tensión en los músculos apretados.
- La reducción del estrés de mente-cuerpo combina meditación de atención plena, conciencia corporal y yoga para aumentar la relajación y reducir el dolor.
- La terapia física utiliza una variedad de técnicas para ayudar a realizar las actividades diarias con menos dolor y le enseña maneras de mejorar la flexibilidad y la fuerza.
Ayudarse a sí mismo
Hay cosas que usted puede hacer por su cuenta que podrían ayudarle a sentirse mejor. Trate de:
- Mantener un peso saludable. El peso adicional puede retardar la curación y empeorar algunos tipos de dolor. Un peso saludable puede ayudarle con el dolor en las rodillas, espalda, caderas o pies.
- Mantenerse físicamente activo. El dolor puede volverlo inactivo, lo cual puede llevar a más dolor y a una pérdida de funcionamiento. La actividad física puede ayudar.
- Dormir lo suficiente. Eso puede reducir la sensibilidad al dolor, ayudar a la curación y mejorar su estado de ánimo.
- Evitar el tabaco, la cafeína y el alcohol. Estos pueden interferir con el tratamiento y aumentar el dolor.
- Unirse a un grupo de apoyo para el dolor. A veces puede ser útil hablar con otros individuos sobre cómo ellos enfrentan el dolor. Usted puede compartir lo que piensa mientras que a la vez aprende de los demás.
El dolor por cáncer
A algunas personas que tienen cáncer les asusta más el dolor que el cáncer. Pero la mayoría del dolor por cáncer o por los tratamientos del cáncer puede ser controlado. Como con todo dolor, es mejor comenzar temprano a manejar el dolor por cáncer. Puede que tome tiempo encontrar la mejor forma de controlar el dolor.
Una preocupación especial en el manejo del dolor por cáncer es el llamado "dolor irruptivo". Este es un dolor que ocurre súbitamente y puede tomarle por sorpresa. Puede causar mucha angustia. Después de uno de esos ataques, muchas personas se preocupan de que vaya a ocurrir de nuevo. Esta es otra razón para hablar con el médico sobre tener establecido un plan para manejar el dolor.
La enfermedad de Alzheimer y el dolor
Es posible que las personas que tienen la enfermedad de Alzheimer no puedan decirle que están sintiendo dolor. Cuando usted está cuidando a alguien que tiene Alzheimer, manténgase alerta a las señales. La cara de una persona puede mostrar señas de que está sintiendo dolor o sintiéndose mal. Puede ver a una persona cambiando de posición con frecuencia o teniendo problemas para dormir. También puede notar cambios repentinos en el comportamiento, tales como mayor agitación, llanto o gemidos. Negarse a comer puede ser una señal de que la persona tiene un dolor de dientes u otros problemas de salud oral. Es importante averiguar si algo malo está pasando. Si no está seguro de qué hacer, llame al médico para obtener ayuda.
Dolor al final de la vida
No todas las personas que se están muriendo sienten dolor. Pero si una persona tiene dolor al final de la vida, hay maneras de ayudar. Los expertos creen que lo mejor es enfocarse en hacer que la persona se sienta cómoda, sin preocuparse por una posible adicción o por una dependencia de drogas. Para obtener más información, lea el documento Providing Comfort at the End of Life (actualmente disponible solamente en inglés).
Cuidar a una persona que tiene dolor
Es duro ver que un ser querido está sufriendo dolor. Cuidar a alguien que tiene dolor puede hacer que usted se sienta cansado y desalentado. Para evitar sentirse abrumado, podría considerar pedir ayuda a otros familiares y a amigos. O bien, algunas organizaciones de servicio a la comunidad pueden ofrecer cuidados a corto plazo o asistencia temporal de relevo para que usted pueda tomar un descanso. El Localizador de Eldercare podría ayudarlo a encontrar un grupo local que ofrezca este servicio.
Algunos puntos básicos sobre el dolor
- La mayoría de las personas no tienen por qué vivir con dolor. Hay tratamientos para el dolor. Aunque no todos los dolores se pueden curar, la mayoría pueden ser manejados. Si el médico no ha logrado ayudarle, solicite una consulta con un especialista en dolor.
- Los efectos secundarios de los medicamentos para el dolor a menudo son manejables. Los efectos secundarios de los medicamentos para el dolor, tales como estreñimiento, boca seca y somnolencia, pueden ser un problema cuando usted recién empieza a tomar el medicamento. Estos problemas a menudo pueden ser tratados y pueden desaparecer a medida que su cuerpo se acostumbra al medicamento.
- El médico no va a pensar que usted es un miedoso si habla de su dolor. Si está sintiendo dolor, dígaselo al médico para así poder obtener la ayuda que necesita.
- Si usted usa un medicamento para el dolor en cierto momento, este todavía funcionará cuando lo necesite más tarde. Usar medicamentos a la primera señal de dolor puede ayudarle a controlar su dolor más tarde.
- El dolor es real y no está todo "en su cabeza". Nadie, excepto usted, sabe cómo su dolor se siente. Si tiene dolor, hable con el médico.
Para más información
American Chronic Pain Association
(Asociación Americana para el Dolor Crónico)
800-533-3231
ACPA@theacpa.org
www.theacpa.org
Eldercare Locator
800-677-1116
eldercarelocator@n4a.org
https://eldercare.acl.gov
Mayo Clinic
(Clínica Mayo)
www.mayoclinic.org/patient-care-and-health-information
www.mayoclinic.org/es-es/patient-care-and-health-information
National Cancer Institute
(Instituto Nacional del Cáncer)
800-422-6237
cancergovstaff@mail.nih.gov
www.cancer.gov (en inglés)
www.cancer.gov/espanol (en español)
MedlinePlus en español
NIH National Library of Medicine
(Biblioteca Nacional de Medicina)
www.medlineplus.gov (en inglés)
https://medlineplus.gov/spanish/ (en español)
National Center for Complementary and Integrative Health
(Centro Nacional de Salud Complementaria e Integral)
888-644-6226
866-464-3615 (TTY)
info@nccih.nih.gov
www.nccih.nih.gov
www.nccih.nih.gov/health/espanol
National Institute on Drug Abuse
301-443-1124
www.drugabuse.gov
El Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés), parte de los Institutos Nacionales de la Salud, ofrece la información contenida en este documento, la cual ha sido revisada por sus científicos y otros expertos para asegurarse de que sea precisa y esté actualizada.
Texto
revisado
en:
Febrero
28, 2018